Con a de amarte by Alejandra Rodríguez

Con a de amarte by Alejandra Rodríguez

autor:Alejandra Rodríguez
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2016-12-21T23:00:00+00:00


Sara

1 de julio 05:21

Eres un cobarde.

Le di a enviar justo antes de sentir una mano apoyada en mi hombro, una muy cálida y con sabor a hogar.

Me quité las manos de la cara y miré a mi espalda, allí estaba él, tan dispuesto a mojarse como yo.

Se acuclilló enfrente mía y puso una de sus manos en mi mejilla, la otra portaba ese paraguas rojo que ahora nos cubría.

Estaba caliente, tanto, que no parecía estar realmente aquí, yo estaba helada.

—Ninguna persona sobe la faz de la Tierra merece tu llanto Sara. Ninguna.

Lo abracé tan fuerte como pude, me hundí en su pecho que estaba menos mojado que el mío y me deshice en llanto.

Él intentó aplacarlo, no pudo, yo necesitaba sacarlo todo, así que se limitó a abrazarme.

— ¿Por qué todo me pasa a mí Marcos? ¿Por qué? —pregunté entre sollozos.

—Porque eres una persona la mar de interesante. —sonrió. —Vamos cariño, volvamos a casa.

Me ayudó a levantarme y, abrazados, caminamos calle arriba.

Su cuerpo me transmitía paz, esa que yo tanto necesitaba.

—Me han ofrecido hacer una exposición en un encuentro de talentos a final de mes ¿Sabes?

—Eso es estupendo Sara.

—Sería estupendo si pudiera concentrarme un par de horas para pintar.

—No puedes dejar que esto se lleve por delante el resto de tu vida.

—Creo que no puedo evitarlo. Todo se desmorona y yo… yo solo pienso en él, en ellos.

— ¿Qué harías ahora mismo si Sergio apareciera?

—Romperle la cara. —rio, yo sonreí a medias.

—No creas que a mí no me apetece… —lo miré extrañada. — ¿Qué? ¿Te crees que eres la única persona que lo piensa?

—Pues…

—No es justo lo que hizo. Tú eres magia Sara, pero magia de la buena, sin trucos. Mereces a alguien que te admire tal y como eres.

Las palabras de Marcos consiguieron aplacar mi furia y alegrarme un poco el alma.

Lo abracé un poco más fuerte y el respondió a la vez que me daba un beso en la cabeza. En mi empapada y fría cabeza.

Comencé a toser y a hacer achís.

—Oh mierda…

— ¿Te creías invencible? Da gracias que solo sea un resfriado señorita, no quiero ni imaginarme lo que te hubiera pasado si no llego a salir a buscarte.

—Gracias Marcos. Por todo, gracias.

Me abrazó antes de tocar la puerta y que Vanesa abriera a toda prisa.

Estoy casi segura de que él le hizo una seña para que no hablase, no me hacía falta escuchar que era imbécil por salir corriendo bajo la lluvia, el resfriado que ahora tenía ya me lo hacía saber con creces.

Pasamos al salón aún abrazados y Vanesa apareció con otra ropa más para que volviera a cambiarme.

—No me miren así… ya sé que soy imbécil.

—No eres imbécil Sara. —Cristina me puso la mano en la rodilla. —Estás enamorada y no sabes cómo gestionarlo.

— ¿Se puede estar enamorada de dos personas a la vez?

—El corazón es muy grande Sara, puede abarcar más de lo que crees, pero al final… —sonrió Marcos mirando a Vanesa mientras ésta hablaba. —Al final el verdadero siempre prevalece.



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